La Segunda República. La Guerra Civil en un contexto de Crisis Internacional (1931-1939) - Bloque 10 EBAU 2024

La Segunda República Española fue un periodo de intensos cambios políticos y sociales que se extendió desde 1931 hasta 1939. Tras la proclamación de la República, se estableció una nueva Constitución en 1931, sentando las bases para un sistema democrático basado en la separación de poderes y la garantía de derechos civiles y políticos. Sin embargo, la República también enfrentó desafíos y tensiones internas que desembocaron en una Guerra Civil devastadora.

Índice

    La proclamación de la Segunda República. La Constitución de 1931. El bienio reformista (1931-1933)

    Segunda República

    La proclamación de la Segunda República Española el 14 de abril de 1931 fue un acontecimiento histórico que marcó el inicio de una nueva etapa política en España. Tras las elecciones municipales celebradas el mismo día, en las que los partidos republicanos obtuvieron una contundente victoria en las principales ciudades del país, el rey Alfonso XIII se vio obligado a abandonar el país y se proclamó la República.

    El cambio político fue recibido con entusiasmo y esperanza por amplios sectores de la sociedad española, que veían en la República la posibilidad de un sistema político más democrático y progresista. Sin embargo, también surgieron tensiones y conflictos entre las fuerzas políticas y sociales, que marcarían el rumbo de la Segunda República desde sus inicios.

    La Constitución de 1931 fue uno de los logros más importantes de la Segunda República. Elaborada en un ambiente de debate y consenso, la Constitución estableció un sistema democrático parlamentario, basado en la soberanía nacional, la división de poderes y la garantía de derechos civiles y políticos. Reconoció la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, concedió el derecho al voto a las mujeres mayores de 23 años y garantizó la libertad de culto y de expresión.

    La Constitución también incluyó importantes reformas sociales, como la abolición de la pena de muerte en delitos políticos y la separación de la Iglesia y el Estado, estableciendo un Estado laico. Estas medidas generaron resistencia entre sectores conservadores y religiosos, que veían amenazados sus privilegios y su influencia en la sociedad.

    Durante el bienio reformista (1931-1933), el gobierno republicano llevó a cabo una serie de reformas progresistas en diversos ámbitos. En el terreno agrario, se impulsó la Ley de Reforma Agraria con el objetivo de redistribuir tierras a los campesinos sin tierra, para promover una mayor equidad en el acceso a la propiedad agraria y mejorar las condiciones de vida en el campo.

    En el ámbito laboral, se aprobó la Ley de Contratos de Trabajo que estableció la jornada laboral de ocho horas y garantizó el derecho a la huelga. Asimismo, se promulgaron leyes para proteger a los trabajadores y mejorar sus condiciones laborales, como la Ley de Descanso Dominical.

    En el ámbito educativo, se implementaron medidas para la modernización y laicización de la educación, con la creación de escuelas laicas y la promoción de la enseñanza pública y gratuita.

    La polarización política y social se intensificó durante este periodo y los conflictos entre los diferentes sectores de la sociedad española se agudizaron. En las elecciones de 1933, los partidos de derecha obtuvieron la mayoría de los votos y formaron un gobierno de coalición que revirtió algunas de las reformas del bienio reformista.

    El gobierno radical cedista (1933-1935). La Revolución de Asturias. El Frente Popular, las elecciones de 1936 y el nuevo gobierno

    gobierno radical cedista

    Tras las elecciones generales de 1933, los partidos de derecha obtuvieron la mayoría de los votos y formaron un gobierno de coalición liderado por el Partido Republicano Radical, de tendencia centrista, y la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA), de orientación conservadora y católica. Este periodo fue conocido como el gobierno radical cedista.

    El gobierno radical cedista adoptó una política más conservadora y menos reformista que el bienio anterior. Se revirtieron algunas de las reformas realizadas durante el bienio reformista, como la Ley de Reforma Agraria, que había sido una de las medidas más controvertidas y generó resistencia entre los propietarios de tierras y el clero.

    El gobierno también restringió las libertades políticas y sindicales, lo que generó descontento y tensiones en la sociedad. La oposición de los partidos de izquierda y sindicatos fue en aumento, lo que llevaría a un clima de enfrentamiento y conflicto.

    En 1934, estalló la Revolución de Asturias, un levantamiento obrero y campesino en la región de Asturias, que buscaba protestar contra las políticas del gobierno y reclamar mejoras en las condiciones laborales y sociales. La revuelta fue reprimida con dureza por el Ejército, lo que profundizó las divisiones políticas y sociales en el país.

    El gobierno radical cedista también se vio envuelto en escándalos de corrupción y malversación de fondos públicos, lo que minó su credibilidad y aumentó el descontento de la población.

    En las elecciones de 1936, el Frente Popular, una coalición de partidos de izquierda y republicanos, obtuvo la victoria. El Frente Popular gobernó en un periodo de creciente polarización política y social. A pesar de sus intentos de llevar a cabo reformas progresistas, el país estaba sumido en una profunda crisis económica y social, y la división entre las diferentes fuerzas políticas y sociales era cada vez más profunda.

    Ante el temor de que el nuevo gobierno llevara a cabo reformas radicales y limitara los privilegios de la Iglesia y los sectores conservadores, sectores del Ejército y de la derecha política llevaron a cabo un golpe de Estado el 18 de julio de 1936, dando inicio a la Guerra Civil Española.

    La Guerra Civil: la sublevación militar y el estallido de la guerra. La dimensión internacional del conflicto

    Guerra Civil

    La Guerra Civil Española fue un conflicto devastador que tuvo lugar entre 1936 y 1939, y que marcó profundamente la historia de España. La guerra se desencadenó a raíz de la sublevación militar del 18 de julio de 1936, liderada por generales del Ejército español, entre ellos Francisco Franco. El objetivo de los sublevados era derrocar al gobierno republicano y establecer un régimen autoritario y conservador.

    El estallido de la guerra se produjo de manera casi inmediata, con el levantamiento de tropas en distintas ciudades y regiones de España. Las fuerzas sublevadas controlaron rápidamente gran parte del territorio, especialmente en el sur y oeste del país, mientras que en otras zonas, como Cataluña, el País Vasco y parte de Asturias y Cantabria, se mantuvo la lealtad al gobierno republicano.

    La dimensión internacional del conflicto fue significativa, ya que la Guerra Civil Española fue vista como un campo de batalla simbólico entre el fascismo y el antifascismo, y como una lucha por el futuro de la democracia y la libertad en Europa.

    El apoyo extranjero a ambos bandos fue un factor clave en el desarrollo de la guerra. Por un lado, las fuerzas sublevadas, conocidas como los "nacionales", recibieron el respaldo de las potencias fascistas de la época, como la Alemania nazi de Adolf Hitler y la Italia fascista de Benito Mussolini.

    Estas potencias proporcionaron armas, equipos militares y apoyo logístico a los sublevados, lo que les permitió contar con una ventaja militar significativa. Además, miles de voluntarios fascistas de distintos países se unieron a las filas de las fuerzas sublevadas, formando la llamada "División Azul".

    Por otro lado, el gobierno republicano recibió el apoyo de voluntarios internacionales de diferentes países que se unieron a las Brigadas Internacionales para defender la democracia y combatir el fascismo en España. Estos voluntarios eran en su mayoría simpatizantes de la causa comunista y llegaron desde diversas partes del mundo, incluyendo Europa, América y Asia.

    Además del apoyo militar, la dimensión internacional del conflicto también tuvo implicaciones diplomáticas y políticas. Muchos países, especialmente las democracias occidentales, optaron por mantener una política de "no intervención" en el conflicto, lo que significó que no proporcionaron apoyo directo a ninguno de los bandos.

    Sin embargo, algunos países, como la Unión Soviética, que veía en la guerra civil española una oportunidad para expandir su influencia en Europa, proporcionaron apoyo militar y logístico al gobierno republicano.

    Fases militares de la Guerra Civil. La evolución política y económica en las dos zonas. Consecuencias económicas y sociales de la guerra. Los costes humanos

    Guerra Civil

    Fases militares de la Guerra Civil

    La Guerra Civil Española se desarrolló en varias fases, cada una de ellas caracterizada por acontecimientos militares y políticos significativos. Tras el estallido del conflicto en julio de 1936, los sublevados, liderados por Francisco Franco, controlaron rápidamente gran parte del territorio, mientras que el gobierno republicano se mantuvo en el control de otras zonas, como Cataluña, el País Vasco y parte de Asturias y Cantabria.

    En 1937, los sublevados llevaron a cabo una ofensiva en el norte de España, que culminó con la caída de Bilbao y Santander, y la derrota del Ejército republicano del Norte. Esta fase, conocida como la "ofensiva del Norte", permitió a los sublevados asegurar el control de una gran parte del territorio del país.

    En 1938, los sublevados lanzaron una ofensiva en el este de España, conocida como la "ofensiva de Aragón", que les permitió avanzar hacia Valencia y separar las regiones republicanas del este en dos.

    Finalmente, en 1939, los sublevados lanzaron una ofensiva decisiva desde el sur, que culminó con la ocupación de Madrid y la rendición del gobierno republicano. El 1 de abril de 1939, Franco declaró oficialmente el fin de la guerra y el establecimiento de un régimen dictatorial.

    Evolución política y económica en las dos zonas

    Durante la Guerra Civil, las dos zonas enfrentaron realidades políticas y económicas muy diferentes. En la zona sublevada, se estableció un régimen dictatorial liderado por Francisco Franco, que concentró todo el poder en sus manos y suprimió las libertades políticas y sindicales.

    El régimen franquista estableció una política de represión y persecución de los opositores, que llevó a miles de personas a ser encarceladas, ejecutadas o exiliadas. Se estableció una férrea censura de prensa y una propaganda que exaltaba los valores del nacionalismo español y el catolicismo.

    En el ámbito económico, el régimen franquista adoptó una política autárquica, buscando la autosuficiencia económica y reduciendo al mínimo las relaciones comerciales con el exterior. Se promovieron políticas proteccionistas y se fomentó la industria pesada y la producción agrícola para el autoabastecimiento.

    En la zona republicana, por otro lado, se mantuvo un gobierno democrático parlamentario, aunque con tensiones internas entre los diferentes partidos y facciones. Se llevaron a cabo reformas sociales y económicas, como la colectivización de tierras en algunas zonas agrícolas y la nacionalización de algunas industrias clave.

    Sin embargo, la guerra y la situación de conflicto constante dificultaron la aplicación de reformas y generaron una escasez de recursos y una crisis económica en la zona republicana.

    Consecuencias económicas y sociales de la guerra

    La Guerra Civil Española tuvo graves consecuencias económicas y sociales para el país. La destrucción de infraestructuras, la pérdida de vidas humanas y la escasez de recursos provocaron una profunda crisis económica en ambos bandos.

    En la zona republicana, la guerra y la revolución social generaron una inestabilidad económica y un debilitamiento de la producción agrícola e industrial. La falta de recursos y las dificultades para mantener el suministro de alimentos y otros bienes básicos llevaron a una grave crisis de abastecimiento.

    En la zona sublevada, la política autárquica y la falta de relaciones comerciales con el exterior también generaron una situación de escasez y dificultades económicas.

    En ambos bandos, la guerra provocó un gran desplazamiento de población y la destrucción de hogares y comunidades. Miles de personas perdieron sus vidas o se vieron obligadas a abandonar sus hogares y buscar refugio en otras regiones o países.

    Los costes humanos

    Los costes humanos de la Guerra Civil Española fueron enormes. Se estima que entre 500,000 y 1,000,000 de personas perdieron la vida durante el conflicto, y muchas otras fueron desplazadas o sufrieron la represión política.

    El conflicto dejó profundas heridas en la sociedad española y marcó el inicio de una larga etapa de dictadura bajo el régimen de Francisco Franco. Miles de personas fueron encarceladas, ejecutadas o exiliadas por sus creencias políticas o su oposición al régimen franquista.

    La Guerra Civil Española dejó un profundo impacto en la historia de España, tanto en términos políticos y económicos como en las vidas de las personas que vivieron el conflicto. Sus consecuencias siguen siendo objeto de debate y reflexión, y su memoria sigue viva en la memoria colectiva del país.

    la Segunda República y la Guerra Civil Española fueron periodos cruciales en la historia de España, marcados por importantes cambios políticos, sociales y económicos. La proclamación de la República trajo consigo esperanzas de democracia y progreso, pero también generó tensiones y conflictos internos. La Guerra Civil, por su parte, dejó profundas heridas en la sociedad española y marcó el inicio de una larga etapa de dictadura bajo el régimen de Francisco Franco. Estos eventos tendrían consecuencias duraderas para el país y su sociedad, moldeando su historia en las décadas posteriores.

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