El lenguaje no verbal en una entrevista de trabajo
Cuando se presenta una entrevista de trabajo se considera que lo más importante es prepararla con anticipación y responder de la forma más correcta posible a las preguntas que realiza el encargado de realizar la entrevista, pero hay que tener en cuenta que no solo se va a fijar en lo que se dice. El lenguaje no verbal puede llegar a ser tan o más importante que las respuestas que se den, debido a que el entrevistador puede leer e interpretar en los gestos mucho más allá de lo que se quiere demostrar. Si no hay coherencia entre los gestos y lo que se dice, las respuestas pueden llevar a tomar decisiones falsas.
El lenguaje no verbal es todo lo que se transmite sin necesidad de palabras: los gestos, imagen personal, posturas personales, la mirada, expresiones, tono de voz, utilización del espacio, el timbre, uso de silencios, volumen y la fluidez del habla. Todos estos elementos se pueden controlar y se pueden llegar a dominar.
Saber dominar la comunicación no verbal es imprescindible para enfrentar muchas situaciones en la vida, como una entrevista de trabajo. El lenguaje no verbal es algo que se va a analizar detalladamente. La inseguridad, nervios, ansiedad, falta de coherencia, pueden llegar a traicionar el discurso verbal que se puede dar y llevar a un cometer errores que pueden costar el puesto de trabajo.
El lenguaje no verbal en la entrevista de trabajo
Controlar todas las señales del lenguaje no verbal es bastante complicado y se requiere de un entrenamiento prolongado. Sin embargo, podemos comenzar a poner en práctica unos cuantos consejos y actitudes que se deben tener durante la entrevista.
Las recomendaciones para cuidar la información no verbal ante una entrevista de trabajo son:
- Adaptar la imagen a la de la empresa. Se debe intentar encajar en la imagen corporativa y evitar mostrar que se tienen otras ideas distintas a través de la ropa. Hay que evitar símbolos, cuidar la higiene personal, no llevar un exceso de perfume y no maquillarse de más.
- Procurar mantener un contacto visual directo con el entrevistador.
- No hacer gestos que transmitan rechazo o inseguridad, por ejemplo cruzar los brazos, realizar tics nerviosos o saludar sin firmeza al dar la mano.
- Mantener una postura corporal adecuada: la espalda erguida y mirada al frente.
- Hablar en un tono y volumen de voz adecuado. Procurar no hablar muy bajo o rápido, porque refleja nerviosismo e inseguridad.
Como parte del lenguaje no verbal se suelen cometer algunos tics de comportamiento, que se hacen de forma involuntaria:
- Morderse los labios.
- Desviar la mirada.
- Tocarse la oreja compulsivamente.
- Esconder las manos.
- Cerrar los ojos.
Cuando se encuentra en una situación de nervios o de mucha ansiedad, se originan señales físicas que afectan a todo el organismo, que se manifiesta de forma involuntaria:
- Sudor en las manos e incluso en el rostro.
- Boca seca.
- Picores.
- Ganas de estornudar.
- Taquicardia y arritmias.
- Insuficiencia respiratoria.
- Enrojecimiento de la piel.
Para controlar estas manifestaciones físicas, la mejor opción es usar técnicas de respiración y de meditación para tranquilizar tanto el cuerpo como la mente.
Comportamiento en una entrevista de trabajo
Transmitir una buena comunicación no verbal frente al entrevistador no es algo que sea muy sencillo de hacer, pues en esto influye la personalidad de la persona. Los gestos que transmiten sensibilidad o timidez no tienen por qué ser un indicativo de inseguridad, aunque pueden hacer suponer este rasgo, y tal vez sea la conclusión más habitual del entrevistador delante de estas señales.
Por lo general basta con relajarse, pero algunas personas necesitan ayuda psicológica o la asistencia a programas de entrenamiento especializado. Tomar medicamentos ansiolíticos o tranquilizantes no siempre es la opción más recomendada, y solo se deben usar en casos muy específicos, cuando existen problemas del comportamiento y conductuales, y siempre prescritos por un profesional.
Aprender a controlar la comunicación no verbal es todo un arte y para dominarlo por completo es necesario estudiarlo a fondo y realizar cursos para poder hacerlo.
El lenguaje no verbal marca la primera impresión
Si bien el currículum es la herramienta que permite lograr avanzar en un proceso de selección, cuando se llega a la etapa de la entrevista, lo que es importante es la impresión que se logre causar. Esto es determinante para poder sobresalir de entre todos los candidatos. Cuando se tiene una primera conversación con alguien, la primera impresión puede determinar el curso de la entrevista. Si esa primera impresión no es la mejor, es muy difícil que pueda cambiar en el transcurso de la entrevista.
Es muy importante vestir de forma adecuada, con esto se podrá complementar el resto de las actuaciones para poder crear una buena impresión. Por medio de los gestos, movimientos y la forma de colocarse ante el entrevistador, se dará mucha información sobre la personalidad, estado de ánimo, confianza en sí mismo, entre otros. Es normal que personas muy preparadas para ocupar un puesto de trabajo, cometan errores durante este proceso, debido a la inexperiencia o a los nervios.
Solo hay entre uno y siete segundos para causar una buena impresión. Este es un período de tiempo muy corto, en el que es imposible que lo que se diga pueda tener alguna influencia. Lo que realmente marca en la primera impresión es el lenguaje no verbal.
Gestos que se deben evitar en una entrevista de trabajo
Hay una serie de gestos que se deben evitar hacer en el transcurso de la entrevista de trabajo, estos son algunos:
- Tocarse el cabello repetidamente: Es un síntoma de ansiedad y nerviosismo.
- Mirar el reloj o inspeccionar tus uñas: Es señal de aburrimiento. Nunca se debe mirar el reloj cuando se está hablando con alguien.
- Jugar con los dedos: Esto demuestra nerviosismo y falta de poder por la persona que lo realiza.
- Quitar pelusa de la ropa: Esta acción en conjunto con la mirada hacia abajo, demuestra que se desaprueban las ideas y que no se siente seguridad de ser honesto.
- Acariciarse la barbilla mientras se mira a alguien: Esto puede dar a interpretar como que se está juzgando a la persona.
- Entrecerrar los ojos: Da la impresión de no gustarle la persona o sus ideas.
- Estar demasiado cerca: Esto solo hace que la otra persona se sienta incómoda por invadir su espacio personal.
- Mirar hacia abajo en presencia de otras personas: Por lo general indica desinterés. Incluso se puede interpretar como un signo de arrogancia ocasional.
- Tocarse la cara durante una conversación: Cuando se toca la cara, especialmente la nariz, se interpreta generalmente como una indicación de engaño. Además, cubrirse la boca es un gesto común de los que están mintiendo.
- Sonrisa falsa: Solo se implican la boca y los labios, otro signo de engaño visible.
- Colocar las manos detrás de la cabeza o en las caderas: Es un signo de superioridad.
- No mirar directamente frente a la persona que está hablando: Mirar intensamente al receptor puede hacer que se sienta incómodo, pero lo contrario indica disgusto o falta de confianza.
- Cruzar los brazos: Refleja que se está incómodo, también que se está a la defensiva y que es poco fiable.
- Adoptar una postura cerrada: Es un signo revelador inmediato de la confianza y compostura.
- Rascarse la parte trasera de la cabeza y cuello: Es un signo típico de duda e incertidumbre. También se puede interpretar como una indicación de mentira.
- Aumentar el parpadeo: Es un signo claro de ansiedad.
- Encoger los hombros: Indica baja autoestima.
- Posición de manos cruzadas: Esta postura lleva los hombros hacia adelante y hace que todo el cuerpo se vea más pequeño y más débil.
- Apoyar la cabeza en las manos: Señal de aburrimiento.
- Secarse las manos sudorosas en la ropa: Es un signo de nerviosismo.
- Arrastrar los pies: Demuestra desconfianza y descoordinación.
- Sentarse en el borde de la silla: Es una clara indicación de estar mental y físicamente incómodo.
- Dar ligeros golpes con los pies: Por lo general indica estrés, impaciencia o aburrimiento.
- Desplazamiento repetido del peso del cuerpo de un pie a otro: Suele indicar el malestar físico y mental.
- Descoordinación: Una de las peores cosas que se hace mientras se habla es que lo que se diga no coincida con los gestos que se hacen.
Cuidar la imagen en una entrevista de trabajo
Cuando se acude a una entrevista de trabajo es importante prestar atención al aspecto y preocuparse de llevar una ropa adecuada para la ocasión. Una imagen que sea agradable y que esté acorde a la cultura empresarial, incrementará notablemente las posibilidades de ser seleccionado.
Hay algunos errores que no se deben cometer nunca cuando se va a tener una entrevista de trabajo:
- Aseo insuficiente.
- Oler a tabaco, alcohol y otras sustancias poco deseables, o usar perfumes muy intensos.
- Presentar un aspecto muy desaliñado: ropa deteriorada, rota, sucia o muy arrugada, barba descuidada, pelo despeinado, zapatos sucios, entre otros.
- Portar símbolos que puedan provocar rechazo o prejuicios en el interlocutor.
- Lucir una imagen demasiado extravagante o no acorde al puesto o la empresa.
Las empresas tienen identidad corporativa, por lo que puede haber una similitud en el estilo e indumentaria en los empleados de una misma compañía. Esto puede ser por normas, implícitas o explícitas, de la empresa, sobre la imagen que se debe dar. A veces, la empresa busca perfiles con determinadas características personales, que en cierta medida, han sido también evaluadas a partir de la imagen que proyectan los candidatos. Vestir de manera acorde a la empresa, no asegura el puesto, pero puede ayudar a causar una buena impresión.
Por más profesional que sea la persona que hace la evaluación, es difícil no tener prejuicios y dejarse influir por sesgos cognitivos como el efecto halo, que es la generalización equivocada sobre las características de una persona basada en la primera impresión. Lo que se transmite del lenguaje no verbal con la forma de vestir debe ser de bastante cuidado.
Es recomendable acercarse al lugar de trabajo, y ver cómo se visten los empleados. Al mismo tiempo, decidir que imagen se quiere proyectar, en función del perfil profesional, o del perfil que busca la empresa. Las empresas, en función del sector o cultura empresarial, prefieren proyectar una imagen más conservadora o más fresca. Para obtener información sobre la empresa, se puede ir a su página web, o ver su actividad en las redes sociales. Si aún con todo esto no se tiene claro cómo vestir para la entrevista, lo menos arriesgado es usar un estilo formal, neutro y conservador.
Lenguaje no verbal durante la entrevista de trabajo
Mientras se está sentado: La postura que se tome durante la entrevista puede ayudar a transmitir seguridad y entusiasmo. Para conseguirlo, se debe mantener una postura erguida, con los hombros en línea recta con la espalda, no muy arqueados (reflejan tensión), pero tampoco muy relajados (puede interpretarse como falta de interés por el puesto).
Al sentarse, se debe procurar ocupar todo el asiento e inclinar ligeramente la espalda hacia delante, en posición de escucha activa, en lugar de sentarse en el borde de la silla. Tampoco hay que recostarse sobre el respaldo, porque puede transmitir prepotencia o escaso interés.
Si es necesario, se puede apoyar en la mesa, usando el espacio más próximo al asiento, sin invadir el espacio del entrevistador. Es importante respetar la privacidad de quien hace la entrevista, evitando ver las anotaciones que realiza.
Cuando se habla hay que mantener la mirada, siempre a la altura de los ojos, sin bajarla, o desviarla hacia otras partes de la habitación. Una mirada hacia la persona por debajo de la línea de los ojos es inapropiada en un entorno laboral, mirar hacia abajo denota excesiva timidez o falta de confianza, y recorrer con la mirada la habitación mientras nos hablan, puede transmitir desinterés.
Apoyarse en los gestos: En el lenguaje no verbal se pueden realizar gestos con las manos o la cabeza para enfatizar, acompañar o complementar lo que se dice, transmitiendo mayor entusiasmo, vitalidad y confianza, que si se esconden las manos mientras se habla. También se pueden usar para regular el proceso comunicativo, marcando el inicio o el fin de lo que se está diciendo; o usarlos para manifestar interés por lo que se está escuchando. Por ejemplo, si asiente suavemente con la cabeza, mientras se escucha, se está transmitiendo conformidad e interés por lo que se dice, mientras que si se hace con rapidez, se expresa que ya se escuchó lo suficiente.
Es fundamental evitar gestos que transmitan emociones negativas, o pongan de manifiesto que tratamos de reprimirlas, como apretar los puños. Tampoco es conveniente llevarse continuamente las manos a la boca, este gesto dificulta la comunicación, y puede interpretarse como falta de sinceridad o confianza.
Hablar con sinceridad: Si el lenguaje verbal y no verbal transmiten mensajes contradictorios, quien realice la entrevista dará más importancia a este último, por ser más difícil de manipular. De modo, que no servirá de nada expresar entusiasmo por el puesto, si mientras se explican las condiciones, se bajan las cejas mostrando decepción. Y se le resta confianza a la aptitud que se tenga, si cuando se están explicando las funciones, se pone cara de preocupación.
Un buen entrevistador sabe interpretar a través de los gestos, expresiones o incluso la dirección de la mirada, si hay sinceridad en lo que se dice o se está tratando de ocultar algo. Hay que tener cuidado con la falta de honestidad, este es uno de los principios más valorados por todas las empresas.
Pensar siempre en positivo: Una sonrisa siempre abre las puertas, siempre que sea sincera. La sonrisa forzada puede ser desagradable e incluso provoca rechazo. Cuando la sonrisa es sincera, no solo se sonríe con la boca, sino también se hace con los ojos, formando ligeras patas de gallo. Para poder sonreír sinceramente, resultar agradable y transmitir confianza, es fundamental que los pensamientos sean positivos.
Moverse con soltura: Desde que se hace entrada en el lugar donde será la entrevista, hay que sentirse cómodo en las instalaciones, debido a que quizás sea el próximo lugar de trabajo. Al caminar, hay que evitar arrastrar los pies (transmite desidia), así como mantener las manos en los bolsillos. Si se está cargando algo, se deben dejar libres el brazo y la mano derecha, para poder responder cuando haya que saludar.
Respetar el espacio interpersonal: Si la entrevista se realiza de pie, o sin mesa que actúe como una barrera física, se debe respetar el espacio personal del entrevistador, para no resultar invasivos. Se podrá saber si se está invadiendo el espacio, si la persona tiende a dar pequeños pasos hacia atrás, a medida que se habla. La distancia interpersonal idónea varía en función de muchos factores personales y culturales. Pero en este caso, se considera adecuado mantener una distancia de 1 a 1,5 metros.
En cuanto al contacto físico, es desaconsejable que se toque al entrevistador, de manera injustificada. Sólo se debe establecer un contacto físico en el saludo inicial y en la despedida, con un estrechón de mano simple y firme, salvo que la otra persona realice una modalidad de saludo diferente.
Usar un tono y volumen de voz adecuado: Es normal que por los nervios durante la entrevista de trabajo se tienda a usar un volumen de voz excesivamente bajo. Al hacerlo, se está transmitiendo escasa confianza y una excesiva timidez. Tampoco es conveniente que se supere el volumen de voz de la persona que está realizando la entrevista, de esta manera, se puede llegar a ser intimidatorio, prepotente o excesivamente dominante, y puede ser que esta imagen perjudique la posibilidad de conseguir el puesto de trabajo.
Durante una entrevista laboral, se debe evitar el sarcasmo, la ironía o el cinismo, porque esto puede llegar a dificultar la comunicación y proyectar una imagen negativa. Hay que procurar expresarse con fluidez, y en la medida que se consiga, se estarán transmitiendo no solo mayores habilidades comunicativas, sino también mayor conocimiento de la profesión y seguridad en sí mismo. Para conseguirlo, es importante estar familiarizado, conocer a profundidad la profesión y el campo de trabajo.
Manejar los silencios: Durante el desarrollo de la entrevista, resulta fundamental que se puedan distinguir los tipos de silencios, e identificar los más adecuados para poder realizar las intervenciones en el momento justo.
El silencio también entra dentro del lenguaje no verbal y existen diferentes formas de usarlo:
- Pausas de tipo reflexivo, que sirven al entrevistador para asimilar la información que se está generando en el encuentro. Durante las mismas, no conviene realizar comentarios irrelevantes en este momento. Al hacerlos, no se está permitiendo reflexionar, y la preocupación por llenar un silencio, solo logra transmitir nerviosismo o ansiedad.
- Algunas pausas pueden producirse con la finalidad de acentuar lo dicho con anterioridad, o lo que se va a decir. También se pueden usar para centrar la atención sobre los aspectos más relevantes de lo que se tiene que decir.
- Están los silencios que se usan como una invitación a que se desarrolle una idea, o se dé una respuesta más completa. Estos últimos son los que se deben aprovechar para realizar una intervención plenamente satisfactoria. Se pueden identificar por la expresión de inconformidad, o satisfacción a medias, que los acompaña.
Ante las situaciones de silencio, se debe tener cuidado de no hablar solamente por hablar, ni iniciar un discurso del que no se sepa como salir después. Algunas veces los silencios surgen durante una evaluación por competencias, cuando una respuesta a cómo se resolvió una determinada situación no terminó de satisfacer a quien realiza la entrevista. Ante situaciones de este tipo, hay que aprovechar el silencio para ofrecer una respuesta más completa y convincente, esta puede ser la última oportunidad que se tenga de salvar la candidatura.
Prestar atención al lenguaje no verbal es fundamental no solo en una entrevista de trabajo, sino también en una variedad de situaciones a las que hay que enfrentarse a lo largo de la vida. Manejar ciertas pautas fundamentales como la imagen personal y la postura es fundamental para tener coherencia entre lo que se dice y lo que se refleja.
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