¿Cuál es el río más caudaloso del mundo?
El río más caudaloso del mundo es el río Amazonas, y además es el río más largo, el más profundo y más ancho. Descarga en el océano Atlántico entre 200.000 y 220.000 metros cúbicos de agua por segundo, lo que corresponde a un caudal entre 6,3 y 6,9 billones de metros cúbicos al año y representa aproximadamente el 15,47% de todas las aguas dulces del planeta.
Además, descarga aproximadamente mil millones de toneladas métricas de sedimentos por año, de las cuales, la cordillera de los Andes aporta cerca de 13,5 toneladas métricas por segundo.
La cuenca hidrográfica del Amazonas es la más grande del planeta, con una extensión aproximada de 7,05 millones de kilómetros cuadrados. Este río tiene una longitud de 7.062 kilómetros y su ancho alcanza una distancia de entre 1,6 y 10 kilómetros en la etapa baja, y durante la temporada húmeda puede superar los 50 kilómetros de ancho.
Ubicación
El río Amazonas se ubica en América del Sur y justamente, esa ubicación hace de él un recurso vital para una gran parte de los países de América del Sur. El río Amazonas tiene su origen en la Cordillera Chila, en el Nevado Mismi en Arequipa, Perú.
Cruza por Perú, Colombia y Brasil, pero también es de vital importancia para los demás países de la zona, ya que su cuenca hidrográfica comprende también a Venezuela, Bolivia, Ecuador, Guyana, Guayana Francesa y Surinam.
La mayor parte del curso del río Amazonas se encuentra en Brasil dónde tiene además su desembocadura en el océano Atlántico. Algo curioso respecto al río es que en el tramo de extensión que pertenece a Brasil su nombre cambia a Solimões mientras que en el resto de los países hispanohablantes su nombre sigue siendo Río Amazonas.
Descubrimiento
En marzo de 1500, el conquistador español Vicente Yáñez Pinzón, fue el primer europeo del cual se tenga registros, en navegar por el río Amazonas. Pinzón le dio el nombre de Río Santa María del Mar Dulce, nombre que luego se fue acortando a "Mar Dulce", debido a la descarga que empuja el mar hacia el océano y forma una capa de agua dulce que se adentra 200 kilómetros en el Atlántico.
El primer europeo que viajó río arriba por el Amazonas fue el explorador español Francisco de Orellana, quien le dio ese nombre en 1542, debido a que observó algunas batallas en las que vio peleando a mujeres guerreras, que trajeron a su memoria las célebres amazonas de la mitología griega.
Después de esta expedición de Orellana, llegaron exploradores provenientes de España, Portugal, Inglaterra y Holanda. Los portugueses efectuaron muchas incursiones para conquistar en los cursos de los ríos Negro, Solimões y Branco, y tras un tiempo tomaron posesión formalmente de la región en nombre de la corona.
El explorador portugués, Pedro Teixeira, fue el primer europeo que navegó por todo el río. Llegó a Quito en el año 1637 y retornó por la misma ruta. Desde 1648 hasta 1652, el explorador portugués Antonio Raposo Tavares encabezó una expedición terrestre desde São Paulo hasta la desembocadura del Amazonas, investigando muchos de sus afluentes, incluido el Río Negro, y cubriendo una distancia de más de 10.000 kilómetros.
Para reforzar su presencia en la región, Portugal fundó varias misiones en la zona. Esas misiones frecuentemente eran movilizadas de un lugar a otro por los religiosos que las tenían a su cargo, y siempre siguiendo el curso de los ríos. Debido a esas movilizaciones nacieron muchos poblados a las márgenes del río.
Estas actividades realizadas en los siglos XVII y XVIII, así como el posterior desarrollo que tuvo el cultivo de plantas caucheras a finales del siglo XIX, crearon las bases para los asentamientos en la región. Teniendo en cuenta que los ríos por sí mismos eran un medio natural para poder introducirse en las selvas, los pobladores se asentaban en las orillas, estableciendo aldeas y pueblos. Los centros urbanos que en la actualidad están ubicados en el curso medio del Amazonas son las antiguas ciudades de los siglos mencionados anteriormente.
Formación
La cuenca del Amazonas se formó por una gran depresión estructural que se fue llenando con cantidades enormes de sedimentos del período Cenozoico (es decir, que datan de aproximadamente los últimos 65 millones de años). Esta depresión, que llega a alcanzar su mayor dimensión en las partes altas del Amazonas, se ubica entre dos mesetas cristalinas antiguas y relativamente bajas, las escarpadas Tierras Altas de Guyana al norte y las tierras altas de Brasil hacia el sur.
La cuenca del Amazonas fue ocupada por un mar inmenso de agua dulce durante la Época del Plioceno (hace 5.3 a 2.6 millones de años). En algún momento durante la Época del Pleistoceno (hace aproximadamente 2.600.000 años) se estableció una salida al Atlántico, y el gran río junto con sus afluentes se atrincheraron profundamente en el lecho marino del Plioceno anterior.
La moderna Amazonia y sus afluentes integran un amplio sistema de valles llenos de aluviones. Con el incremento en el nivel del mar que ocurrió después del derretimiento de los glaciares del Pleistoceno, los cañones de lados abruptos que habían sufrido los efectos de la erosión en la superficie del Plioceno durante el período de niveles del mar más bajos se inundaron gradualmente.
Hidrología
Una gran parte de los 1,3 millones de toneladas de sedimentos que el Amazonas vierte diariamente en el mar son transportados hacia el norte por las corrientes costeras y son depositados a lo largo de las costas del norte de Brasil y la Guayana Francesa. Normalmente, el efecto de la marea se siente tan río arriba como en la población de Óbidos, Brasil, a 970 kilómetros de la desembocadura del río.
La "pororoca" es un fenómeno ruidoso y altamente destructivo que se produce cuando las aguas fluviales se encuentran con las olas de la marea ascensional. La rápida descarga de agua dulce frena las aguas de la marea, de modo que el nivel del mar crece fuera de la desembocadura hasta volverse incontenible.
Entonces, una ola de tamaño descomunal, arremete con fuerza contra el río, cambiando el sentido en que fluyen sus aguas. Estas olas formadas por el enfrentamiento de estas dos corrientes llegan a alcanzar los cuatro metros de altura.
En el estrecho de Óbidos, el flujo del río se ha medido en 216.000 metros cúbicos por segundo. Aquí la profundidad promedio del canal debajo de la marca de agua media es mayor a los 60 metros, nivel muy inferior al del nivel del mar.
En la parte brasileña del río, su profundidad supera los 45 metros. En la frontera peruana, a unos 3.200 kilómetros del Atlántico, la elevación sobre el nivel del mar es inferior a 90 metros.
El ancho libre máximo del lecho permanente del río es de 14 km, corriente arriba de la desembocadura del Xingu. Sin embargo, durante las grandes inundaciones, cuando el río llena por completo la llanura aluvial, se extiende en una franja de aproximadamente 55 kilómetros de ancho. La velocidad promedio del Amazonas es aproximadamente 1.5 millas por hora, esta velocidad se incrementa notablemente cuando ocurre la inundación.
El ascenso y la caída del agua son controlados por situaciones externas a la llanura de inundación. Las inundaciones en el Amazonas no son desastres, sino eventos anticipados. Su frecuencia marcada y la gradualidad del cambio en el nivel del agua se deben al gran tamaño de la cuenca. El curso superior del Amazonas tiene dos inundaciones anuales.
El río está sujeto a la influencia alternativa de los afluentes que descienden de los Andes peruanos (donde las lluvias caen de octubre a enero) y de los Andes ecuatorianos (donde las lluvias caen de marzo a Julio).
Este patrón de alternancia desaparece más adelante, cuando las dos estaciones de alto flujo se fusionan gradualmente en una sola. Por lo tanto, el ascenso del río progresa suavemente río abajo en una ola descomunal de noviembre a junio, y luego las aguas retroceden hasta finales de octubre. Los niveles de inundación pueden alcanzar de 12 a 15 metros sobre el río bajo.
Clima
El clima en la región del Amazonas se caracteriza por ser cálido, lluvioso y húmedo. Las longitudes del día y la noche son iguales en el ecuador, y las noches por ser normalmente despejadas permiten que la radiación del calor recibido del sol durante el día de 12 horas sea en cierto modo rápida.
En la ciudad de Manaos, la temperatura promedio diaria oscila entre los 80 °F (equivalente a casi 32 °C) en septiembre y los 70 °F (aproximadamente 24 °C) en abril, pero la humedad siempre se mantiene alta en la región y a menudo opresiva.
En el período que comprende los meses de invierno del hemisferio sur, una masa de aire sur-polar muy fuerte llega ocasionalmente hacia el norte en la región amazónica, causando una caída muy brusca de la temperatura, esto se conoce en la región como friaje o "friagem", cuando los valores pueden descender hasta los 50 °F (aproximadamente 14 °C).
En cualquier época del año, los períodos de días de fuertes lluvias pueden ser reemplazados por días claros, soleados y noches frescas con una humedad relativamente baja. En los tramos bajos de la cuenca del río, los vientos alisios refrescan la región durante la mayor parte del año.
El vapor de agua atmosférico en la cuenca proviene en su mayoría del este. Se puede estimar que la mitad de la precipitación que cae proviene del Océano Atlántico; y la otra mitad es producida a partir de la evapotranspiración del bosque tropical y por las tormentas convencionales asociadas.
En las tierras bajas, es común que las precipitaciones oscilen entre 60 y 120 pulgadas (1.500 a 3.000 mm) anualmente en la cuenca central del Amazonas (por ejemplo, Manaos). En los márgenes este y noroeste de la cuenca, durante todo el año se producen las precipitaciones, mientras que en la parte central existe un período definido más seco, que por lo general comprende desde junio hasta noviembre.
Suelos
Los suelos del Amazonas son, en su gran mayoría, pobres en nutrientes y su potencial de retención es muy bajo, especialmente en lo referente al calcio, potasio y al fósforo. Sin embargo, la tendencia es relacionar la cantidad de la vegetación en un hábitat específico con la calidad de los suelos.
Lo que sucede en la selva amazónica es que los nutrientes en el sistema están integrados con la vegetación, incluidas las raíces y la hojarasca, y son reciclados periódicamente a través de la caída y la posterior descomposición de las hojas.
Es decir, debido a que el bosque cuenta con una gran capacidad de reabsorber los nutrientes de la materia orgánica una vez caída y descompuesta, se convierte en su propio regulador de la pérdida de los nutrientes. El bajo contenido de nutrientes se debe a dos causas: a las altas temperaturas y precipitaciones en la zona, y a la trayectoria geológica que ha tenido esta región.
Debido a la fuerte concentración de aluminio e hidrógeno en los suelos amazónicos, la capacidad de los mismos para retener los nutrientes producto de la descomposición de la materia orgánica es muy poca. El aluminio ocupa un porcentaje grande de los minerales presentes en el suelo; y el hidrógeno proviene de los ácidos orgánicos que se forman a partir de la materia orgánica en la superficie del suelo.
La capacidad para la agricultura de las áreas de várzea, inundadas cada año es sobresaliente. Estos suelos son abundantes en nutrientes, ya que se renuevan todos los años gracias al depósito de sedimentos fértiles que permanece cuando bajan las aguas; sin embargo, su empleo en desarrollos agrícolas es limitado por las inundaciones periódicas.
Las pequeñas áreas cubiertas por rocas basálticas, con suelos rojizos conocidos como "terra roxa" son de una fertilidad natural relevante. Del mismo modo, la "terra preta dos Indios" es el otro tipo de suelo bastante fértil localizado y superior que se originó por la actividad de asentamiento de los pueblos en las orillas del río.
Flora
La selva tropical del Amazonas es la más compleja del mundo, y es el paisaje predominante en la cuenca, aunque se encuentran otros tipos como las sabanas, los pantanos y los bosques inundables.
En un acre de bosque selvático, se pueden encontrar hasta 100 especies diferentes de árboles. Entre las especies más altas se tienen: caucho, ceiba, castañares, sapucaia y sucupira. Existe otro nivel de árboles y plantas de menor altura, dónde se incluyen algunas clases de palmeras y los mirtos, los cedros españoles, los laureles, las bignonias, la caoba, los higos y el palo de rosa.
Abundan aquí las plantas epífitas (las que se alimentan de otras plantas), como orquídeas, cactus y bromelias, además de musgos y helechos. Muchas de las plantas están entrelazadas entre ellas por una red de enredaderas que se conocen como lianas.
La vegetación acuática consta de lirios, lechugas de agua, nenúfares, y otras plantas de tallos largos. En algunos reservorios de agua se encuentran variedades que llaman la atención como es el caso de la Reyna Victoria que es la planta acuática más grande del mundo, la cual puede llegar a medir hasta 2 metros de diámetro.
Además de las selvas tropicales, existen otros tipos de bosques lluviosos inundados, llamados várzea e igapó, los cuales abarcan casi el 3 por ciento del total de la selva amazónica. Los bosques de Várzea se pueden encontrar en las llanuras de inundación y comúnmente no son muy altos, como son los de la selva, y son muy vulnerables a la destrucción causada por las inundaciones y por la manipulación humana, ya que la várzea atrae a la mayoría de los asentamientos poblados.
Los bosques de Igapó se encuentran frecuentemente en planicies arenosas y en ríos de aguas claras como el Negro, el Trombetas y el Tapajós. Estos bosques pueden alcanzar un nivel máximo de inundación de 12 metros durante la mitad del año, con acceso únicamente por canoa.
Fauna
La fauna de la región del Amazonas es muy rica en variedades y especies. Según algunos científicos, está compuesta por el 80% de diversidad de las especies del mundo. El río le ofrece una amplia diversidad de entornos a miles de seres vivos y por ello, es la base principal de la supervivencia animal en la cuenca.
En la parte terrestre existen depredadores, como el jaguar, la pantera negra, el puma, el ocelote, el tigrillo y también se encuentran algunos herbívoros, como el venadillo, el tapir, el oso hormiguero.
En los árboles habitan muchas clases de monos (mono ardilla, mono silbador, el marimono y el cuatro ojos, entre otros) y otros animales como el perezoso de tres dedos, el poto, el puerco espín, entre otros.
Miles de aves adornan el paisaje de la región con sus plumajes coloridos y dan alegría al entorno con sus cantos. Se encuentra aves de una gran variedad de tamaños y colores, entre las que destacan varias especies de perdices, garzas, pavas, patos, loros, y tucanes, entre otras.
En el río se pueden encontrar una gran cantidad de animales, reptiles y anfibios como: los delfines del Amazonas, la capihuara (el roedor más grande del mundo), tortugas, cocodrilos y caimanes. La variedad de serpientes es amplia, se pueden ver en la selva, en el agua o en los árboles dentro de ellas están la cascabel la coral, la pucarara, las boas y las anacondas
En cuanto a los insectos, los tipos de ellos que se han recolectado y clasificado pasan de 8.000, esto abarca desde mosquitos hasta mariposas, pasando por abejas, arañas gigantes, avispones, avispas, cucarachas, cigarras, ciempiés, escarabajos, escorpiones, garrapatas, luciérnagas, y sin olvidar tantas clases de hormigas y moscas.
Igual de extensa que la fauna terrestre es la acuática que vive dentro del sistema del río Amazonas, pues se han documentado hasta ahora unas 2.000 especies de peces en este hábitat, las cuales en muchos casos son especies marinas que se han adaptado a vivir en agua dulce. Y aún queda una cantidad considerable de especies por reconocer y clasificar.
Entre las más conocidas se encuentran el pirarucu, uno de los peces de agua dulce más grandes del mundo y principal alimento de la población de la Amazonia, varios bagres gigantes y otras especies como: tucunare, pacú, piraña, surubí, dorado, corvina, blanquillo, raya, cachorro, y muchos más.
Otro tipo de negocio comercial en auge es el de extraer los peces ornamentales del Amazonas con la finalidad de exportarlos para su uso en acuarios y estanques, debido a lo apreciadas que son estas especies en el mundo entero. Sin embargo, las autoridades han tenido que establecer mecanismos de control y protección para muchas de estas especies.
Afluentes del río Amazonas
Los afluentes del río Amazonas pueden dividirse según el color de sus aguas, el cual es producto de los sedimentos que contiene y del origen del río.
Los afluentes de aguas blancas del Amazonas tienen su origen en los Andes, donde no hay presencia de sedimentos con alto contenido de nutrientes. Por el pH estos afluentes de aguas blancas son de neutros a ligeramente ácidos y periódicamente tienen inundaciones. Dentro de ellos se incluyen los ríos Madre de Dios, Beni, Jutai, Madeira y Napo, entre otros.
Aunque se encuentran en otros lugares, la mayoría de los ríos de aguas negras de la región son afluentes del Amazonas. Entre estos afluentes están el Negro y Urubu, así como el río Yarapo cerca de Iquitos, Perú.
Algunos afluentes del Amazonas son ríos de aguas claras, con un pH más bajo que los ríos de aguas negras. Dentro de estos están el río Tapajos en Brasil, el río Trombetas que fluye desde Venezuela y el río Xingu desde el sur, todo al este de Manaos.
Los sistemas de aguas negras y blancas se encuentran en las proximidades de Manaos, Brasil, y fluyen uno al lado del otro por varios miles de kilómetros, este evento se conoce como “el encuentro de las aguas”.
Países y Ciudades
Aunque el río Amazonas atraviesa tres países, su cuenca alcanza y tiene influencia en nueve países de América del Sur, los cuales son: Brasil, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, Guyana, Suriname y la Guayana Francesa.
A orillas del río Amazonas se han creado y desarrollado ciudades, de diferentes tamaños, en los países que atraviesa.
Algunas de esas poblaciones son:
En Colombia: Leticia y Puerto Nariño
En Perú: Iquitos, Caballococha, y Santa Rosa de Yavari
En Brasil: Manaos, Belem do Pará, Tabatinga y Macapá
Actividades económicas
A partir de la Segunda Guerra Mundial, el desarrollo económico de la cuenca del río Amazonas pasó a ser una prioridad para los países que la integran. Desde los años 40 en adelante, se realizó la construcción de vías de penetración desde las tierras altas de Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia hasta el Oriente.
Estos caminos han trasladado a una cantidad considerable de campesinos sin tierra hacia las tierras bajas, y además han facilitado el acceso a los más importantes descubrimientos de petróleo y de recursos madereros.
Desde los años 80, comenzó a ser explotada comercialmente la madera dura tropical y de los peces de río. Además, se dio inicio a la cría de ganado tipo Brahman en sembradíos recientes de pastos en la selva.
Estas actividades trajeron como consecuencia un desplazamiento general de indígenas, que se vieron obligados a poblar nuevas reservas o quedaron para sobrevivir lo mejor que pudieron. La apertura de la cuenca del Amazonas se realizó de manera bastante agresiva en Brasil. A mediados de la década de los 50, se tomó la decisión de reorientar el país mediante la construcción de una nueva capital en el interior, Brasilia.
Como consecuencia de esta decisión se comenzó un programa masivo de construcción de carreteras con el fin de enlazar e integrar al Norte (los estados actuales de Acre, Amapá, Amazonas, Pará, Rondônia y Roraima) con el resto de Brasil.
El objetivo era proporcionar las bases para construir una red de casi 32.000 km de carreteras destinadas a reemplazar el sistema de transporte fluvial tradicional. Hasta principios del siglo XXI, estas carreteras no han sido terminadas, y permanecen en buena parte sin pavimentar, dificultándose el tránsito en muchos puntos.
Su importancia
La importancia del río Amazonas no se limita solamente a su gran tamaño. Es clave para el mundo entero en el área ambiental. Para el sector comercial de los pueblos y ciudades que lo bordean, su relevancia es exclusiva y actualmente se le ha destacado también como una región receptora del turismo internacional.
El río Amazonas corre a través de la selva más grande de todo el mundo, la cual es reconocida globalmente como la selva amazónica. Esta selva constituye uno de los pulmones verdes más importantes del todo el planeta.
La selva amazónica cuenta con una biodiversidad invalorable y única. Es el hábitat ideal para numerosas especies de animales, plantas e insectos. La región del Amazonas cuenta con aproximadamente 2.5 millones de especies de insectos, con decenas de miles de plantas y alrededor de 2.000 especies de aves y mamíferos. Se estima que una quinta parte de todas las especies de aves del mundo se encuentran en este inmenso ecosistema.
El potencial y la riqueza que se asocian con la selva amazónica no existirían de no ser por el río Amazonas. Ya que es el río quien le da vida y refugio a esta inmensa biodiversidad y le ha permitido a las diferentes especies de plantas, animales e insectos la posibilidad de asentarse en esta zona.
Además de la importancia que tiene el río Amazonas para su propia biodiversidad, también ha sido y es muy importante para todas las comunidades indígenas y para aquellos habitantes de las ciudades que se han desarrollado en sus orillas.
El río Amazonas permite la navegación en toda su inmensa extensión y se han establecido importantes puertos a lo largo de su curso en los tres países por los que pasa. Los más resaltantes se ubican en la ciudad de Manaos en Brasil, en la ciudad de Iquitos en el Perú, y en Leticia, perteneciente a Colombia.
El hecho de que sea una vía de comunicación navegable ha resultado en una ventaja importante para el comercio entre los tres países por los que pasa. Y además hace posible la exportación masiva de distintos productos, principalmente caucho, madera, plátano, yuca, maíz, copoazú, carambola, arazá, o el asaí, entre otros alimentos que son producidos en esta región.
En sus aguas se mantienen una gran cantidad de especies acuáticas, lo que ha originado un comercio pesquero importante. Se han clasificado más de 3.000 especies fluviales, y la pesca también es una actividad de primer orden desarrollada en todo el curso del río.
A lo largo de su extensión y con el correr del tiempo, se ha facilitado el asentamiento de varias ciudades en sus orillas. Algunas de esas ciudades importantes son Leticia, Iquitos, Manaos y Belem do Pará, así como hay otras de menor tamaño como Caballococha, Puerto Nariño, Santa Rosa de Yavari, y Tabatinga. En todas ellas la población está en su gran mayoría conformada por los descendientes de los colonos, con un origen blanco, mestizo e indígena.
Otra industria que está creciendo de forma acelerada es el turismo en el río Amazonas. Viajar en crucero por sus aguas es una actividad muy popular en la actualidad. También lo son los paquetes especializados que ofrecen a los turistas en excursiones guiadas dentro de la selva para disfrutar de su biodiversidad y visitar aldeas indígenas con el fin de conocer sus costumbres.
En Colombia, se han establecido varios parques nacionales y reservas naturales a lo largo de toda la extensión que ocupa la selva amazónica, los cuales se pueden ir a conocer. Estas visitas guiadas le permitirán al viajero disfrutar del contacto directo con la flora y fauna en todo su esplendor y observar varias civilizaciones indígenas, para aprender más de su forma de vida.
En Brasil es muy amplia la oferta de actividades que se pueden hacer en el Amazonas. Se puede ir a ver los delfines rosados, embarcarse a navegar por los afluentes del río Amazonas, explorar la porción de la selva bajo la jurisdicción de Brasil, conocer los parques naturales próximos a la ciudad de Manaos, y muchas propuestas más de actividades.
Hay una variedad amplia de actividades que se pueden realizar en el río Amazonas, y recorrer la ruta por los diferentes países que cruza puede ser una experiencia valiosa para hacer una desconexión de lo cotidiano de la civilización y conectarse nuevamente con la naturaleza, para conocer acerca de las diferentes culturas, sus costumbres, sus comidas, y sus manifestaciones artísticas.
Amenazas que enfrenta
La cuenca del Amazonas es una de las regiones geográficas del mundo con mayor riqueza y potencial en muchas áreas, pero actualmente es una de las que enfrenta más amenazas debido a que por su ubicación geográfica, en muchos casos es una región de las más aisladas y olvidadas.
El desarrollo dinámico de la región ha traído a ella actividades como la minería, la explotación de madera, la extracción de petróleo y gas, los cultivos ilícitos, la construcción de carreteras y represas, la expansión agrícola y ganadera, los incendios forestales y la sequía entre otras.
Y la suma de los efectos de realizar estas actividades de manera descontrolada y sin planificación ha traído a la región efectos negativos, como la contaminación, el deterioro de algunos recursos naturales como las fuentes de agua y los bosques, daños a la biodiversidad y a los hábitats afectando a la población humana, la fauna y flora y causando paulatinamente la destrucción de la Amazonía.
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