Cómo ser apicultor en España: Requisitos y Sueldo
Para ser apicultor es necesario tener en cuenta que esto es una profesión para cuya realización se requiere contar con mucho cuidado y dedicación donde los conocimientos prácticos se adquieren poco a poco, y la constancia y paciencia son las mejores herramientas.
Las abejas son indispensables en el proceso de reproducción de las plantas, tanto así, que sin las abejas nada en este planeta podría vivir. La apicultura es una ciencia milenaria, que apareció por primera vez en el planeta hace 5.000 años aproximadamente y que provee al hombre de muchos productos de calidad.
La posibilidad de poder consumir los productos de las abejas es conocida por el ser humano desde la época prehistórica, pero mucho tiempo después fue cuando se tuvo el conocimiento de cómo controlar las colmenas.
Cómo ser Apicultor en España: Todo lo que debes saber
Trabajar como apicultor es una buena opción si ya se cuenta con una formación en el área de la biología, veterinaria o zoología, pero no es necesario contar con esta formación previa. No tiene nada que ver, por ejemplo, con algunas opciones para trabajar desde casa. La apicultura es una profesión especialmente indicada para las personas que aman la naturaleza, la vida en el campo y la ecología.
Funciones de un apicultor
Las tareas que realiza un apicultor, son básicamente las mismas desde que se inició la apicultura, y que hoy en día continúan vigentes. Esta se que se llevan a cabo mediante distintos procedimientos:
- El apicultor es quien se encarga de proporcionar miel, cera, jalea real y otros productos derivados de las abejas, como el propóleo, por ejemplo.
- Cuidar las colmenas para obtener estos productos, mantener una producción constante y de calidad.
- Un apicultor para poder dedicarse a esta profesión es fundamental que tenga un gran interés por las abejas, conozca su comportamiento e intente comprender sus hábitos, debido a que estos insectos conforman comunidades muy complejas. Por lo que debe conocer las necesidades de la colmena y sus habitantes, anticiparse a sus necesidades y controlar que la comunidad se encuentre siempre en buen estado.
- Debe observar constantemente las colmenas y estar al tanto de cualquier cambio que se produzca, por pequeño que sea, para evitar que se transforme en una verdadera catástrofe.
- El apicultor debe cuidar de las abejas como si fuera un pastor: llevarlas a los campos de flores donde tengan asegurado el alimento, y de no ser posible, procurar dárselo él cuando sea necesario.
- Vigilar la salud de la colmena y tratar las enfermedades que se presenten a tiempo. Además, debe estar atento de ampliar el espacio donde viven las abejas.
- El apicultor debe realizar su trabajo con mucha precisión, amor por los animales y sobre todo, con responsabilidad, recibiendo a cambio no solo una satisfacción económica, sino también personal.
¿Qué se necesita para ser un apicultor?
Formación
Si se quiere en realidad ser apicultor, no es obligatorio tener una formación concreta, pero se recomienda hacerlo. Si la apicultura es un negocio familiar o se han tenido colmenas o se ha estado relacionado con la apicultura de alguna forma, la experiencia adquirida puede ser la forma más fácil de comenzar como apicultor.
Si por el contrario, se ha estudiado una carrera relacionada con la naturaleza y el mundo del agro (como la biología, zoología, veterinaria, ingeniería agrónoma, entre otras), se tendrá una mejor preparación para desarrollar bien la actividad.
Además, se puede realizar una especialización o formarse de manera continua mediante los diferentes cursos que se imparten en toda España y bajo diferentes modalidades.
Para trabajar
Un apicultor para empezar a trabajar tienes dos posibilidades: ser empleado en una empresa de apicultura o establecer su propia empresa. Esta última es una buena opción si se vive en el campo y se cuenta con el terreno y las condiciones adecuadas para su funcionamiento.
En el país, cada Comunidad Autónoma y cada Ayuntamiento tienen sus propias leyes para poder realizar la apertura de una explotación apícola, por lo que como requisito fundamental para poder trabajar como autónomo en la apicultura hay que conocer cuáles son estas leyes.
También se tiene que estar dado de alta como un autónomo que realiza la actividad de apicultor. Este trámite se realiza en la Declaración Censal de Actividades Económicas de la Agencia Tributaria.
De igual manera se debe elegir un veterinario que se haga responsable de cuidar a la población de abejas; siendo este un trámite completamente obligatorio para cualquier apicultor.
Perfil de un apicultor
Para ser apicultor se debe contar con algunas habilidades específicas, las cuales son los siguientes:
- Se debe ser una persona cautelosa y prudente: Las personas que actúan de una forma muy brusca por lo general no obtienen buenos resultados en el área de la apicultura. Aunque no se crea, las abejas perciben este comportamiento y no reaccionan de manera favorable a él, por lo tanto, es más que conveniente que los apicultores sean cuidadosos en el trato que le dan a las abejas.
- Contar con un verdadero interés, motivación y cariño por las abejas: La apicultura es una profesión que exige cierta dosis de sacrificio, y que depende en gran medida de factores climáticos y naturales que hacen que el apicultor deba estar siempre disponible para la colmena.
- En lo posible, tener una formación básica en apicultura: No es obligatorio pero es lo más recomendable. Existen muchos cursos y estudios que un apicultor puede cursar para saber cómo tratar a las abejas y tener unas nociones básicas que le permitan llevar a cabo sus funciones sin poner en riesgo su integridad ni la de las abejas.
¿Cuál es el sueldo de un apicultor?
Un apicultor, como cualquier trabajador autónomo, debe asumir ciertos gastos que no tienen los trabajadores asalariados. Por lo que a sus ingresos brutos debe de restarle las cuotas correspondientes a la Seguridad Social y los impuestos que se encuentran asociados a su actividad.
En la actualidad el sueldo bruto anual de un apicultor se calcula entre 24.000-28.000 euros, teniendo en cuenta que en estas cantidades por lo general hay variación, debido a distintos factores: si trabaja para una empresa o para otros apicultores, si forma parte de una cooperativa , si el terreno es propio o lo ha arrendado, si cuenta con ayudas o subvenciones del estado, entre otros.
Una de las ventajas de la apicultura es que es una labor que no requiere grandes inversiones, como suele pasar con otras profesiones que se relacionan con el agro, como la ganadería o la agricultura. Se considera que la apicultura es una de las pocas actividades en las que la recuperación del dinero invertido se puede hacer en el mismo ejercicio.
Trámites legales para ser apicultor en España
Si en realidad se quiere ser apicultor, es necesario conocer cuál es el proceso legal para iniciar una explotación apícola. Por lo general, los trámites que se deben realizar para poder legalizar un proyecto de apicultura son sencillos y relativamente económicos. La apicultura se encuentra regulada en España por normas de ámbito estatal. Pero cada una de las Comunidades Autónomas tienen competencia en esta materia y la normativa varía, aunque los pasos a seguir para dar de alta un proyecto de este tipo, son prácticamente los mismos en todas.
Qué es una explotación apícola
Es el conjunto de todas las colmenas, que se encuentran distribuidas en uno o varios colmenares, de un mismo propietario, sin importar cuál es su propósito.
Una explotación apícola se encuentra dividida en:
- Profesional si se tienen más de 150.
- No profesional, entre 16 y 149 colmenas.
- Autoconsumo menos de 15 colmenas.
Esto implica que si una persona tiene por ejemplo, tres colmenas, se considera que es una explotación destinada al autoconsumo, pero que igualmente debe estar en regla y se deben seguir todos los pasos que se requieren para legalizar una explotación apícola.
En el país desde el año 2.018, según los datos del Registro General de Explotaciones Agrarias (REGA), hay establecidas 32.799 explotaciones apícolas, y entre estas, un 82,4% pertenecen a apicultores no profesionales (los que tienen menos de 150 colmenas) y un 17,6% eran de apicultores profesionales. Estas cifras en la actualidad han ido en ascenso.
La mayor tasa de apicultores profesionales en Europa, se encuentra en España, sin embargo, la gran mayoría de las explotaciones apícolas no pertenecen a profesionales. La mayoría de estas explotaciones apícolas comienzan siendo establecidas por apicultores no profesionales.
Para comenzar una actividad como apicultor no profesional es necesario realizar los siguientes trámites, que permiten ejercer la actividad en forma legal:
Hay que asociarse a una ADS (Asociación de Defensa Sanitaria)
Los pasos para cumplir con este requisito son:
- Se debe acudir a ADS con las facturas de compra de los enjambres y el NIF, por lo general se acude a la que se encuentra más cercana, pero es importante realizar la elección correcta, informándose cuáles son sus servicios y cuál es su trayectoria, a través de Internet.
- En la ADS se debe comunicar a un veterinario que se tiene la intención de realizar la inscripción, es decir, asociarse a la ADS. Hay que proporcionar los datos personales, el número de colmenas que se tienen y a que tipo de producción será destinada la explotación apícola (si se producirá miel y polen, enjambres, polinización, u otros productos). Con esta información, el veterinario realiza una memoria de la explotación junto con la cual hará la entrega del programa sanitario de la ADS.
- Este trámite también se puede realizar ante un veterinario privado, que se puede elegir libremente. Es absolutamente obligatorio que en la explotación apícola que se está iniciando intervenga el control de un profesional en esta área, pero hay que tener en cuenta que si se hace a través de un veterinario particular, el coste del trámite será mucho más caro.
- Para darse de alta en una ADS se deben invertir alrededor de 60 euros, a los que hay que añadir una cuota por ser socio y cuyo pago se realiza de forma anual, que puede estar entre los 50 y los 60 euros.
- Al realizar la inscripción en la ADS, se debe contratar, de forma obligatoria, un seguro de responsabilidad civil para todas las colmenas. Las ADS por lo general, ofrecen seguros generales para la asociación, lo que hace que el coste sea mucho más bajo, estando entre los 70 y los 90 céntimos de euro por cada colmena y año por un seguro de responsabilidad civil básico; y 1,10 a 1,40 euros por colmena y año si se contrata un seguro que cubra la responsabilidad civil y asegure en caso de robo de las colmenas. Este último seguro es el que se recomienda contratar, ya que aporta más tranquilidad a la hora de iniciarse como apicultor.
Acudir a la OCA (Oficina Comarcal Agraria)
Tras haber realizado el proceso anterior, se debe acudir con la inscripción en la ADS, los documentos que el veterinario firmó y el NIF, a la OCA más cercana a la explotación apícola o a la que tenga competencia en la materia en el municipio.
En la OCA se debe llenar un formulario solicitando el alta de la explotación apícola y un formulario del REGA (Registro General de Explotaciones Ganaderas) que debe ser firmado por el propietario y el veterinario de la OCA. Es importante saber que según la ley, las colmenas son consideradas como un tipo de ganado, por lo que se consideran que son una explotación ganadera.
Además de los documentos que se proporcionan en la OCA, algunas Comunidades Autónomas pueden exigir que se firme una declaración de no haber sido sancionado en los últimos tres años por infringir la legislación de protección de animales. Por este trámite se cobran unas tasas de aproximadamente 25 euros.
Movilización de las colmenas
Si se tiene planteado realizar la movilización de las colmenas de un sitio a otro (lo que se define como trashumancia) o solo se necesita transportarlas en un coche, (colmenas o núcleos con abejas), se debe llenar una solicitud para realizar el transporte de animales en la propia OCA, en donde piden el permiso de circulación del coche y la tarjeta de la última ITV que se encuentre vigente del mismo.
Es necesario saber que se deben hacer dos solicitudes, dependiendo de las necesidades que se tengan como apicultor:
- Una autorización para poder conducir, realizando el transporte de las colmenas como conductor.
- Una autorización para poder usar un determinado coche para transportar las colmenas.
Este es un punto que hay que tener en cuenta, debido a que no es suficiente que se cuente con la autorización para transportar colmenas y que con esa autorización se guarden en el coche y se movilicen, sino que es importante que el coche que se use para esto también esté debidamente autorizado para poder desplazarse con las colmenas.
Si la solicitud que se realiza es solo para ser transportista de colmenas, el coste es de aproximadamente un euro.
Pero si además se quiere legalizar un coche para poder transportar las colmenas y núcleos en él, la OCA proporciona un libro de transporte, y el coste por este trámite está entre los cinco y nueve euros. Se debe dejar claro, que a diferencia de otros países, en España no es necesario realizar un curso para poder transportar colmenas.
Elegir el lugar en dónde se hará la explotación apícola
Para un apicultor el tema del lugar en donde se encontrarán las colmenas puede ser complicado, debido a que está regulado por cada Comunidad Autónoma, por lo que los permisos pueden variar en cada municipio.
Si el apicultor va a iniciar su proyecto en una finca de la que se es propietario, basto solo con adjuntar los documentos que comprueben esta propiedad, como por ejemplo el justificante del catastro o el recibo del IBI, en cuyos documentos se debe ver el número de polígono, finca y recinto.
Si por el contrario, la finca es propiedad de otra persona, se necesita contar con una justificación de la capacidad de ocupar terrenos para la explotación, es decir el permiso por escrito del propietario adjuntando, en caso de ser necesario, la escritura de propiedad o el contrato de arrendamiento y el NIF del arrendador, croquis del emplazamiento de las colmenas, en el que se deben especificar todos los detalles, como las distancias entre la explotación apícola y los centros poblados, entre otra información.
Existe una reglamentación que todo apicultor debe conocer, sobre las distancias mínimas que se encuentran establecidas por la legislación a nivel nacional, teniendo siempre en cuenta que las Comunidades Autónomas pueden introducir cambios y variaciones de esta, siendo en muchas oportunidades, mucho más estrictas.
Esperar a la confirmación
Hay que aclarar que los trámites que se mencionaron anteriormente los realizará por el propietario la OCA, desde la cual se enviarán los documentos a la Dirección Territorial de Agricultura u organismo equivalente que tenga competencia en la materia para la autorización de realizar la explotación apícola. El propietario solo debe esperar la llamada de la OCA seleccionada, para recoger todos los permisos ya sellados y así comenzar a operar.
En la misma OCA le indican al apicultor cuál es el código de explotación; una matrícula que está compuesta por números y letras con la que se identifican a las colmenas y que se deben grabar de manera indeleble en la parte externa de las mismas, de modo que cualquier persona las pueda observar fácilmente. Para realizar esta marcación, el apicultor cuenta con un marcador especial para colmenas y que funciona de forma rápida y eficaz.
Un apicultor que cuente solo con los conocimientos básicos puede empezar su explotación apícola, siendo lo apropiado iniciarse con pocas colmenas. Cuatro es tal vez la mejor cantidad para comenzar, nunca se debe comenzar con una sola. También es importante apoyarse en algún apicultor experimentado que pueda prestar su asesoría y consejos.
Hoy en día, se está experimentando un crecimiento en la apicultura, donde cada día se crean novedosas técnicas de manejo, se aplican leyes matemáticas, técnicas de control de las colmenas, lo que implica que para poder desarrollar una explotación apícola con éxito, hay que estar en constante actualización.
Un apicultor no se debe estancar ni tener una mentalidad anticuada, para de esta forma poder superar los problemas que se pueden presentar. La meta es que la apicultura en el país llegue a tener el mismo nivel de rendimiento y de calidad que los países que cuentan con la apicultura más avanzada, como Estados Unidos o México.
Qué estudiar para ser Apicultor
Anteriormente se ha mencionado que no es imprescindible tener formación como apicultor para montar una colmena. Pero siempre es una buena inversión adquirir conocimientos sólidos sobre la profesión, para minimizar los errores y obtener una mayor ganancia. Con una formación adecuada se pueden ahorrar muchos problemas e inconvenientes, debido a que se contará con las herramientas necesarias para hacerles frente.
Ser apicultor no es una profesión fácil, considerando que está catalogada como una actividad con un alto índice de riesgo laboral y se requiere contar con seguros específicos. Aparte de su posible peligro, hay que tener en cuenta que las colmenas son comunidades que son muy delicadas y que necesitan mucha atención y cuidado.
Por esto es recomendable realizar cursos de formación en el área de la apicultura, para conocer los fundamentos de la profesión.
Algunas de las opciones de formación que se pueden encontrar en el país son:
Curso de Apicultura-I+D Capacitación Profesional
Es un curso muy completo, en donde se aprende todo lo necesario sobre la apicultura. Se imparte bajo la modalidad presencial en Tenerife (Islas Canarias), o a distancia. En el temario se tratan temas básicos, como es la elección del tipo de explotación apícola, cómo instalar y manipular las colmenas, qué hay que hacer para obtener y acondicionar los distintos productos, y algo fundamental, cómo se realiza el envasado y el almacenamiento de estos.
Apicultura (Dirigida a la Acreditación de las Competencias Profesionales RD 1224/2009)- Eurinnova Business School
Es impartido bajo la modalidad online y puede ser el punto de partida para desarrollarse como apicultor. Tiene una duración de 410 horas, impartidas en seis meses.
Tras finalizar el curso se obtiene un Certificado de Aprovechamiento que acredita las Unidades de Competencia recogidas en el Certificado de Profesionalidad AGAN0211 Apicultura, regulada en el Real Decreto 1784/2011, del 16 de diciembre, del cual toma como referencia la Cualificación Profesional AGA546.
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